No hay días sin su toque de tormenta
No hay días que no sean soleados
Desterrada del amor tantas veces se vio
Que pensar en enamorarse no era una opción
Y apareció un poeta que en su corazon se grabo
Sin si quiera esperarle le robo en su silencio el corazon...
Dejo la amargura que en su rostro vivía
Sintió una paz inmensa en medio del enredo de su vida
Y todo por que en este poeta encontró todo lo que en sus sueños había contemplado
Un semi dios cubierto de un hermoso tono de piel bañado por el sol
Sus ojos un misterio que envuelve hasta que pierdes la razón
Su cuerpo es un oasis prohibido que el solo mirarlo es sacrilegio pero por tocarlo hasta el mismo infierno ella iría por probarlo sin miedo a llegar al infinito...
Su alma es la prisión por la que con felicidad entraría por perderse en sus brazos en el fuego de sus labios en el interior de su alma divina
Y esta mujer fue tocada por un semidios que en su timidez dice que fue conquistado pero ella fue la afortunada de encontrar el fuego del verdadero amor de un semidios de un cuento encantado...
( Para el Caballero enamorado)
Dangeluz
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